viernes, 17 de mayo de 2013

Evelio Rosero / Las gallinas y el eclipse



Evelio Rosero
LAS GALLINAS Y EL ECLIPSE

Estábamos eternas, recorriendo el mismo huerto y escarbando la misma tierra a la búsqueda de los gusanos de siempre, de idéntico sabor, cuando de pronto el cielo empezó a oscurecer y todas sentimos frío y nos dijimos “Qué extraño, algo le pasa al cielo” y nos vimos obligadas a subir al árbol, sin sueño, y por la fuerza de la costumbre tuvimos que cerrar los ojos y lo más sorprendente de todo es que no pasó mucho tiempo cuando Séneca el gallo empezó a cantar y entonces nosotras volvimos a bajar del árbol, contentas de que la noche fuera fugaz porque de todos modos no teníamos sueño.
Fuimos donde Séneca para pedirle explicación, solo que tampoco él sabía nada, de modo que no quedó más alternativa que ir donde la abuela, pretenciosa como siempre en su rincón, procurándose a duras penas el gusano suyo de cada día. “Qué ha sucedido” le preguntamos, y ella nos contempló maliciosa y luego dijo: “No es la primera vez que ocurre esto. Es muy sencillo. Ustedes saben, hay un gran pollo amarillo flotando allá arriba; cuando logra desenterrar un buen gusano se esconde detrás de mí, se lo come, y vuelve a salir”.
La explicación fue suficiente para que olvidáramos aquello y entonces continuáramos eternas, recorriendo el mismo huerto, como siempre, en círculos.

Evelio Rosero 
Cuento para matar un perro (y otros cuentos)
Carlos Valencia Editores, Bogotá, 1989, p.38




No hay comentarios:

Publicar un comentario